martes, 16 de junio de 2015

CARLOS IV Y FERNANDO VII

SIGLO XVIII Y XIX
CARLOS IV
Carlos III falleció en Madrid el 14 de diciembre de 1788. Sus restos reposan en la Cripta Real del Monasterio de El Escorial.

Le sucedió su hijo 
Carlos IV, rey de España. Casado con María Luisa de Borbón-Parma, Princesa de Parma. 
 Rey de España (1788-1808). Hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia, fue hombre de carácter débil, lo que se reflejó en su acción de gobierno. En 1793 declaró la guerra a Francia, que acabó con la derrota española y la firma del tratado de Basilea (1795), hecho que provocó un cambio de orientación de la diplomacia de España que se alió con su antiguo enemigo francés (tratado de San Ildefonso de 1796) y entró en guerra con Gran Bretaña. En octubre de 1805 se perdió la batalla de Trafalgar, que supuso una importante derrota para España. La bancarrota en que quedó sumido el país provocó el descrédito de Godoy (primer ministro) y la conspiración para hacer rey al príncipe de Asturias. En febrero de 1808, las tropas francesas entraban en España, y meses después estallaba el motín de Aranjuez, que obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando. Aquél buscó el apoyo de Napoleón, quien hizo llamar a Fernando VII a Bayona, donde consiguió que le devolviera la corona a su padre, pero sólo para hacer que éste se la cediese a continuación al emperador francés. Luego, Carlos marchó al exilio, donde murió, pues Fernando VII, ya rey nunca le permitió regresar a España.

FERNANDO VII
El 19 de Marzo de 1808 Fernando VII comenzó a reinar en medio del entusiasmo popular, ya que se le consideraba como una víctima del odiado Godoy, de quien se temía incluso que pretendiera suplantarle en el trono. 
En 1808 Napoleón consideró necesario invadir España para conquistar Portugal, que era aliado de Gran Bretaña, país que se oponía a Napoleón.
El ejército napoleónico ocupó España, destronó al rey Fernando VII, que había sucedido a Carlos IV e impuso a José I, hermano de Napoleón como rey de España, que reinó hasta 1814.                                 
El ejército español se enfrentó a los invasores franceses, que sufrieron la primera derrota en la Batalla de Bailén (1808).
Para rechazar la invasión, la población se organizó en grupos de guerrilleros que se enfrentaron a los invasores.
La guerra se prolongó durante seis años, hasta que se consiguió derrotar a las tropas de Napoleón.
A finales de 1813, los franceses iniciaron su retirada, y en 1814 Fernando VII regresó al trono español.
Ante la invasión francesa, los españoles adoptaron diferentes actitudes:
Afrancesados: una minoría colaboró con los franceses
Patriotas: una mayoría se opuso a los invasores y luchó por el regreso de Fernando VII. Se dividía en :
                Absolutistas: partidarios de mantener el absolutismo.
                Liberales: deseaban implantar el liberalismo en España.
Estos últimos, los liberales, aprovecharon que la mayoría de los españoles no reconocía a José I como un rey legítimo, para elegir a sus representantes, reunir unas Cortes y elaborar una Constitución que fue promulgada en 1812 y es conocida como la Pepa.
La Constitución de 1812 fue una de las primeras constituciones del mundo, después de la de Estados Unidos (1787) y la de Francia (1791). En ella se recogen los principios básicos del liberalismo.
·         La nación no puede pertenecer a ninguna persona o familia y el rey no puede imponer sus leyes al resto de los españoles.
·         Las leyes las elaboran las Cortes, junto al rey (poder legislativo).
·         El rey firmará las leyes aprobadas por las Cortes y las hará cumplir (poder ejecutivo)
·         Serán los jueces, a través de los tribunales, los encargados de vigilar que se cumplan las leyes (poder judicial)
·         Todos los españoles son libres e iguales.
Sin embargo, tras la derrota de Napoleón, las tropas francesas se retiraron, y en 1814 el rey Fernando VII regresó a España y clausuró las Cortes, anuló la Constitución y derogó las leyes aprobadas en Cádiz. Fue la vuelta al absolutismo.
Los liberales intentaron imponer sus ideas, por este motivo fueron perseguidos y tuvieron que marcharse al exilio. En 1820 triunfó un pronunciamiento liberal y se inició el Trienio Liberal, pero tres años más tarde el rey impuso de nuevo el absolutismo.
El rey solo tuvo hijas, y en esa época solo podían reinar hombres.
Para que su hija mayor Isabel pudiese reinar, Fernando VII anuló la ley que prohibía reinar a las mujeres (Ley Sálica)
Fernando VII murió cando su hija tenía solo tres años. Isabel fue proclamada reina y su madre María Cristina, se hizo cargo del gobierno como reina regente.








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